viernes, 14 de abril de 2017

bachmann está muerta



Me habéis visto nacer, y no me conocéis. ¿No fuisteis los testigos de aquel primer encuentro conmigo mismo, todavía sonámbulo, aquella alegre noche? ¿No sentís correr por vuestro cuerpo un dulce escalofrío?
- Enrique de Ofterdingen, Novalis.

Bachmann está muerta, pero creo que intenta decirme algo. Para ti, sin que te importe demasiado, aún no existe. Ni siquiera para mí, que apenas comprendo lo que leo, sé qué quiere decirme. Cojo una margarita con la sombra de mi mano. La margarita es una víctima fácil que se puede matar fácilmente. Mamá me dijo que debería acostumbrarme a mi vida, pero no puedo. Creo que se asombraría si me viese un día contenta. Me supongo que te pase a ti lo mismo.

Estamos viviendo una gran época, dicen, pero yo no veo nada en absoluto. Creo que es eso lo que Bachmann quiere decirme: si se refiere usted a hoy, preferiría no hablar, en cualquier caso no hoy día. Nunca antes había escrito tanto como ahora. Igual antes no podía compadecerme de mí misma porque era demasiado niña. Prefiero decir: ahora, por favor, que no estoy hablando de demasiadas cosas. Mamá ha dicho que somos dos almas descarriladas. En verdad dijo descarrilladas. Poco importa ya qué dijo. Sabemos que tiene razón.

***

Mi abuela olvida a menudo mi nombre. Es una de las cosas que siempre he temido y ha sucedido. Y LA CASA sigue oliendo a ellos, incluso cinco años más tarde. Pero el palomar de la bodega ya no recoge colometas, y la parra ahora está siempre podada. He hecho una foto a las redecillas donde se posaban las palomas, y también a la parra, y también al avispero de la iglesia. Este silencio, ¿lo percibes?, este silencio al sol es maravilloso. Nunca lo encontraremos en otro lugar.

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