domingo, 25 de febrero de 2018

todavía sigo en la cocina

Red Halo, Adolph Gottlieb, 1960

NOTA: de cuando estabas enfermo y me miraste mucho rato con la cara pálida y yo pensé en desnudarte y acunarte en mis brazos hasta que tu cuerpo volviera a la vida.

todavía sigo en la cocina
todavía no he sido capaz de abandonar la cocina
–la cocina en esta casa que no es mi casa pero en la que estoy, sin embargo, viviendo–
y sigo pensando en la imagen de tus dedos
sigo pensando en la medicación
sigo pensando en España
casi nos matan, te podía haber dicho, pero no lo hicieron
y todavía no he sido capaz de abandonar la cocina
porque sé que siempre me buscas en ella
y yo sigo volviendo a ella para que me encuentres a tiempo
aunque hoy te hayas dirigido a mí tan solo para decirme
que en realidad todos tus síntomas son existenciales
y yo qué soy para ti
esta es la única versión buena que puedo mostrarte de mí misma
y tú sigues negándome igual de mal que Pedro negó a Jesús
sigues pensando en alcohol
sigues pensando en –cierto tipo de– amor y desequilibrio
casi me ahogo en tu cuerpo aquella noche, me podías haber dicho,
pero mi dolor es muy oscuro, casi se puede tocar

todavía no he sido capaz de abandonar la cocina
y ya hace más de media hora que te has ido.

No hay comentarios :

Publicar un comentario