martes, 13 de septiembre de 2016

03:00 am


artista

Estos últimos días me despierto a las 03:00 de la mañana. Hora del Diablo y del silencio, dicen. Mi corazón se acelera. Estoy sola en mi cuarto, aunque en la casa también están ellas. Posiblemente duerman plácidamente, mientras yo rezo. Quizá el miedo no sea por el Diablo, sino por el regreso. Quizá tema ser extranjera en mi propia tierra. Quizá me he convertido en un espectro sin raíces. Quizá esta náusea, este dolor en el estómago, tan solo sea el resquemor de volver y ya no ser reconocida. Como un nómada, habré perdido mi identidad, y ya nadie será capaz de amarme. 

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